Diseño, café y presentaciones

febrero 7, 2012

«Saber expresar una idea es tan importante como la idea misma» – Aristóteles

¿Quién puede resistirse a las cápsulas de Nespresso?

Toda mi vida he sido aficionado al té. Rechazaba sistemáticamente cualquier ofrecimiento de café. Cuando no había té, prefería no tomar nada a tomar café. Un buen día, tras la cena en casa de un amigo, éste nos invitó a café. Como era habitual, lo rechacé amablemente. Entonces apareció con una elegante caja de madera negra, en cuyo interior atractivas cápsulas de colores se disponían ordenadamente en filas. Yo, enemigo declarado del café, no pude resistirme a la tentación y tomé uno. Desde aquella noche, me he aficionado al café. Perdón, miento: al café no, al Nespresso.

Y es que Nespresso me cautivó primero a través de los ojos y después por su sabor. Cuando compras una cafetera y visitas una boutique de Nespresso, comprendes que Nespresso no vende café: Nespresso vende una experiencia que transmite emociones. Y además su café me parece muy, pero que muy, bueno. Tan bueno, que ahora ningún otro café me satisface cuando voy a un sitio “normal”. Al extremo de que en algunos de mis cursos y talleres me llevo mi propia Nespresso de casa armado con un buen surtido de cápsulas. Me tomo la molestia porque ya no me gustan los otros cafés y porque deseo compartir la experiencia del ritual del café con mis alumnos. Mientras degustamos un delicioso café les hablo de la importancia del diseño. Y desde que dispongo del maletín de Nesscase puedo transportar mi Nespresso fácilmente a cualquier sitio, de forma cómoda y segura.

Pose a lo George Clooney junto al maletín Nesscase

La presentación del contenido puede ser tan importante como el contenido mismo

¿Qué me ha enseñado mi experiencia con Nespresso y Nesscase? La presentación cambia la percepción del contenido. Te guste o no, si el diseño de tu presentación es cutre, transmites cutrez; si su diseño es profesional, transmites profesionalidad. Nunca olvides que el diseño también comunica. Un buen diseño incluso predispone favorablemente a la audiencia. Hasta tal punto, que investigaciones en este campo corroboran que somos más receptivos a mensajes bien diseñados. Estudios e investigaciones recientes están confirmando que el atractivo visual de una presentación influye poderosamente en su capacidad persuasiva. Las transparencias que son fáciles de procesar generan más sentimientos positivos, los cuales se traducen en una mayor disposición a estar de acuerdo con las ideas expuestas. Los psicólogos denominan a este comportamiento fluencia de procesamiento o fluencia cognitiva.

El diseño no lo es todo, pero ayuda a comunicar

Por supuesto, sin un contenido sólido, no hay presentación. ¿A quién va a engañar un despliegue visual hollywoodiense vacío de contenido presentado por un necio arrogante?  Si tu idea es mala, si tu contenido no merece la pena, entonces no hay presentación que valga ni pirotecnias multimedia que lo disimulen. PowerPoint nunca disfrazará la vacuidad del pensamiento.

Ahora bien, si tu idea es buena, si tiene potencial de producir un cambio significativo, entonces tu presentación importa porque, como dice Chris Brogan, “puede darle asas a tus ideas para que otras personas puedan agarrarlas y hacerlas suyas”.

Cuando tus PowerPoints no parezcan PowerPoints, habrás alcanzado la cima del diseño de presentaciones.

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¿Qué importancia concedes al envoltorio en tus presentaciones?


Comunicación intercultural: Las expectativas de las audiencias cambian entre países y culturas

febrero 2, 2012

Christopher WrightEsta entrada ha sido amablemente escrita por Christopher Wright, consultor y fundador de The Practice Office Group, una consultora especializada en la Internacionalización de Profesionales y Directivos (España y Europa) en Habilidades Interculturales para los Negocios (en inglés o en español) y en Habilidades Directivas / Comerciales / Comunicativas (en inglés o en español).

Los factores culturales influyen mucho en nuestras maneras de comunicarnos y recibir comunicación cuando trabajamos con personas de culturas y países diferentes.

Uso mucho el ejemplo de Bill Murray de la película Lost in Translation para resaltar la importancia de desarrollar nuestras habilidades interculturales, que va mucho más allá que sólo aprender idiomas.

¿Qué falla en la comunicación entre Bill Murray y el director de cine? ¿Es sólo porque no hablan el mismo idioma?

Algunos factores a tomar en consideración: éstas son generalizaciones que nos ayudan a entender que los filtros culturales de otros países y culturas, no son verdades absolutas.

1. Las expectativas de la audiencia

Cómo cambian las expectativas de las audiencias de países diferentes. Algunas culturas quieren que una presentación sea entretenida, y para otras, como por ejemplo los países latinos, la retórica y la anécdota son más importantes. Alemanes, japoneses y finlandeses prefieren que una presentación se centre en los detalles e información técnica para que ellos saquen sus propias conclusiones. Mientras que otras culturas esperan que el presentador presente los beneficios y saque sus propias conclusiones para venderles o convencerles del valor de su propuesta o idea.

2. Estilos de Comunicación

Muchas culturas prefieren un estilo de comunicación personal, por lo que el presentador conecta mejor con su audiencia a través de anécdotas e historias personales para mostrar quién es y su sinceridad. A estas culturas, no les interesa una presentación superelaborada con muchos gráficos y datos en PowerPoint. Otras culturas prefieren lo opuesto, un estilo de comunicación más neutral, es decir más impersonal.

3. Hábitos de escucha

Los hábitos de escucha de la audiencia varían mucho entre países. Todas las culturas buscan escuchar información útil, pero ¿que más es importante? Por ejemplo, los saudís buscan escuchar las anécdotas, las historias personales y el toque personal. Los franceses buscan escuchar la lógica y los americanos buscan escuchar lo nuevo y el bottom line (la conclusión), es decir cómo se van a beneficiar.

4. Dar muchos o pocos detalles

Hay culturas de alto contexto y bajo contexto (la teoría de E.T. Hall). Para culturas de alto contexto, el contexto les da muchas pistas sobre el significado de la comunicación y no requieren muchos detalles; por ejemplo, muchas culturas del sur este de Asia. En cambio las culturas de bajo contexto cultural requieren muchos más detalles de forma explicita, clara y directa; por ejemplo, los escandinavos y los alemanes.

5. Mostrar emoción

Puede ser que este factor resulte extraño, pero hay culturas más emocionales y culturas neutrales, es decir, no tan emocionales. En las culturas más emocionales no está mal visto expresar emociones, usar palabras o expresiones exageradas, estar muy animado expresándote y usar muchos gestos de manos. Mientras en las culturas neutrales ocurre lo opuesto y está bien visto saber controlar bien las emociones en muchas situaciones.

6. Transiciones para que la audiencia te siga

La última pauta es una de las más importantes: usar y señalar el uso de transiciones para las audiencias internacionales. No todo el mundo va a tener el mismo nivel de idioma para seguir el ritmo del presentador. Las audiencias de otras culturas fácilmente pueden perder el hilo conductor porque no sólo escuchan palabras para comprender, sino que también se fijan en el lenguaje corporal y la información en las diapositivas. El uso de pausas y señales verbales son claves en las transiciones para que la audiencia sepa que vas a comenzar o terminar una idea. Incluso las pausas más largas después de una idea importante ayudan a las culturas a las que les gusta reflexionar sobre las ideas.

Vivimos en un mundo más interconectado y globalizado en el que los factores y filtros culturales juegan un papel fundamental en la comunicación entre las personas.

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¿Alguna vez has tenido que presentar delante de una audiencia de otra cultura? ¿Qué hiciste de forma diferente con respecto a una audiencia local?


Aprende a gestionar los cuatro territorios de la comunicación

julio 5, 2011

Proxemia y los territorios de la comunicaciónLa reciente entrada de Chema Cepeda (@EPigmalion) sobre la proxemia me ha inspirado este texto, centrado en el Arte de Presentar.

En las relaciones interpersonales es muy importante el manejo de las distancias o territorios de la comunicación. Según la Wikipedia:

“El término proxemia se refiere al empleo y a la percepción que el ser humano hace de su espacio físico, de su intimidad personal; de cómo y con quién lo utiliza.”

Existen cuatro distancias o territorios de la comunicación

Aunque pueden variar de una cultura a otra y de unos individuos a otros, en términos generales estas distancias son:

  • Espacio íntimo (entre 15 y 45 centímetros): La reservamos para personas de nuestra máxima confianza: pareja, familia y amigos más íntimos.
  • Espacio personal (entre 46 y 120 centímetros): La manejamos en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo. Viene a poseer el radio de nuestro brazo extendido.
  • Espacio social (entre 120 y 360 centímetros): La que nos separa de los extraños y de la gente con la que entablamos contacto por primera vez.
  • Espacio público (a más de 360 centímetros y no tiene límite): Es la distancia idónea para dirigirse a un grupo de personas: el territorio del orador, utilizado en presentaciones.

La amplitud de estos espacios en nuestras interacciones es un indicativo de nuestro grado de timidez y de la confianza en nosotros mismos. Sentimos un cierto control de las tres primeras distancias, mientras que nos sentimos más inseguros al tratar con el espacio público.

Aprende a gestionar los cuatro territorios de la comunicación

Nuestro cuerpo no debe ser nuestro escudo

Cuando nos enfrentamos a una audiencia nos sentimos inseguros y hasta agredidos por sus miradas. Fíjate que con toda deliberación he usado la micro-metáfora “enfrentarnos”, que ya de por sí identifica las suposiciones o presuposiciones limitantes de quien así se expresa: el público como un enemigo.

¿Cómo superar esa tensión que produce situarse ante una audiencia más allá de nuestro control corporal? Cerrando el territorio de la comunicación: se usan las manos y brazos como un escudo. El orador víctima, por timidez o vergüenza, se coge las manos, cruza los brazos, se toca la cara o barbilla, mete las manos en los bolsillos, mantiene los brazos pegados al cuerpo, agacha la cabeza. El orador inseguro cierra y protege su espacio público. Reduce así su capacidad de actuación. Todos estos comportamientos inconscientes restan fuerza y energía a su presentación.

El orador adulto, con confianza en sí mismo y que valora y estima a su audiencia, adopta en cambio una postura abierta, que invita a compartir y entrar en su espacio público. Esta apertura del espacio público requiere una gran confianza en sí mismo.

No puedes no comunicar

Cuando subes al escenario y antes de que empieces a hablar, tu cuerpo ya está comunicando. Los primeros mensajes los transmites a través del control de tu postura corporal. Concretamente, por la forma como gestionas el territorio público.

Si quieres transmitir firmeza y credibilidad, ¡abre tu espacio público!

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¿Cómo gestionas tu espacio público? ¿Lo cierras o lo abres?


¿Cuál es tu perfil como orador?

May 31, 2011

Hacer una presentación supone una situación con una fuerte carga emocional

“Hablar en público nos desnuda” – Pascale Bang-Rohuet

A lo largo de toda nuestra vida vamos día a día construyendo nuestra identidad. Esta identidad se revela con toda claridad cuando hablamos en público. Para muchas personas hacer una presentación supone una situación con una fuerte carga emocional ante el miedo a ser juzgadas, a ser evaluadas negativamente, a hacer el ridículo, etc. No importa con qué cuidado preparemos el contenido de la presentación, subidos al estrado el lenguaje no verbal nos traiciona. ¡No puedes no comunicar! El cuerpo y la voz emiten mensajes continuamente, a menudo inconscientemente. Los gestos, la mirada, el tono, la postura, el movimiento de la cabeza, los microgestos faciales, ¡todo comunica! Sin darnos cuenta, al subirnos al escenario estamos desvelando parte de nuestra historia personal.

Los cuatro perfiles como orador

En la vida nos movemos entre la inseguridad y la confianza, entre la dependencia y la autonomía, entre la culpa y la responsabilidad, entre el aislamiento y la relación. En función del rol que hayamos elegido en la vida, así seremos sobre el escenario.

En su libro ¿Qué nos jugamos cuando hablamos en público? su autora Pascale Bang-Rohuet diferencia cuatro perfiles de orador en función de nuestro nivel de autoestima:

Los cuatro perfiles de la comunicación

1. El orador que se ve (-) y ve al público (+).

Posee un nivel de autoestima personal bajo y un alto grado de timidez y pudor. Piensa que el público sabe más que él y que lo va a juzgar. Ha elegido un rol de víctima, se ve vencido e incapaz de actuar para cambiar una situación o defender sus ideas. Su dependencia hacia los demás le hace pensar que el público es superior a él.

2. El orador que se ve (-) y ve al público (-).

Posee el mismo perfil que el anterior, pero con una visión todavía más pesimista porque analiza todo en clave alarmista. Ha elegido un rol de víctima y se encuentra siempre en un callejón sin salida, porque no tiene confianza en nadie. Es una persona muy insegura y amargada. Tiene un problema de inferioridad y problemas de relación por su insatisfacción permanente.

3. El orador que se ve (+) y ve al público (-).

Posee un perfil prepotente, se siente superior a su público y en general escucha poco a los demás. Ha escondido su inseguridad bajo un falso rol de dominante. La prepotencia es un epifenómeno de su falta de confianza en sí mismo.

4. El orador que se ve (+) y ve al público (+).

Consigue su objetivo porque posee una visión (++) y tiene una comunicación equilibrada con el público. Es una persona abierta a los demás, con gran facilidad de adaptación. Ha elegido un rol de adulto que confía en sí mismo y en los demás.

Como dice Pascale: “Cambiar de rol requiere una transformación completa de nuestra personalidad y de nuestras relaciones con los demás”. ¡Empecemos a cambiar hoy!

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¿Con qué perfil de orador te identificas? ¿Cuál es el rol que adoptas habitualmente en la vida?


El arte de la comunicación

febrero 3, 2011

Carlos SalasMi amigo y gran comunicador Pablo Herreros recomendó en su blog este libroLas once verdades de la comunicación firmado por el periodista Carlos Salas, especialista en comunicación empresarial, formación de portavoces y técnicas de redacción.

Como apunta ya el título del libro, cubre éste once áreas de la comunicación, muy necesarias para prácticamente cualquier profesional de hoy que no viva aislado en un cubículo sin conexión a Internet: directivos, empresarios, autónomos, emprendedores y todo aquel que quiera mejorar en la comunicación de su día a día.

1. El olvidado arte de las tarjetas de visita: lejos de caer en desuso en estos tiempos digitales, siguen actuando como espejo de tu alma o de la de tu empresa.

2. El correo electrónico, esa herramienta que todos usamos diariamente… ¡tan mal! Olvidamos las reglas elementales de la cortesía, de la gramática y ortografía, de la etiqueta, de la venta de uno mismo y hasta de los hábitos productivos.

3. Las presentaciones, esa gran oportunidad de comunicación desperdiciada tan a menudo debido a errores recurrentes.

4. Trucos para hablar en público, centrados en la parte de exposición de las presentaciones, tan descuidada y que tanta ansiedad nos produce.

5. Los informes escritos, otra forma de comunicación muy extendida en todas las organizaciones, con un denominador común: ¡la inmensa mayoría es intragable! Qué despilfarro de tiempo y dinero: en vez de compartir el conocimiento, se estanca. Desde el storytelling y las metáforas hasta los mapas mentales, pasando por la argumentación en espiral junguiana o la construcción de imágenes mentales, Carlos Salas ofrece numerosas herramientas y métodos para mejorar la redacción de informes, artículos y cartas. La mayoría podemos aplicarlos con gran beneficio también en nuestras presentaciones.

Las Once Verdades de la Comunicación

6. Internet y las redes sociales, desde la página web corporativa hasta los blogs, sin olvidar Facebook, Twitter y otras redes sociales, constituyen otra potentísima forma de comunicación. Especial atención merecen las diez verdades sobre Twitter.

7. Una breve incursión en las técnicas de la Programación NeuroLingüística (PNL) para potenciar la empatía: la llave que abre las puertas de la comunicación entre diferentes personas e incluso entre diferentes culturas. Dominar la empatía puede ayudar a un comunicador a evitar malentendidos, convencer y motivar.

8. Técnicas para embrujar a los periodistas con el fin de que publiquen nuestra nota de prensa: desde cómo redactarlas hasta qué hacer en una entrevista en vivo.

9. Dar la cara en tiempos de crisis: te equivocas de plano si crees que cuanta menos información, mejor. No hay cosa peor que atravesar una crisis y ocultarla a todo el mundo.

10.   La imagen personal, sin olvidar que tú eres tu mensaje: tu sonrisa, tu forma de hablar (con o sin tacos), tu forma de vestir, el aseo personal, la cortesía, …

11.   La comunicación con uno mismo, hoy en vías de extinción. Hemos perdido el valor de apreciar los pequeños detalles. Defiende Carlos Salas el movimiento Slowness: tomarse tiempo para hacer las cosas, incluido hablarnos a nosotros mismos y concentrarnos en nuestro mensaje nuclear: qué es importante y qué no.

Parafraseando a Aristófanes, quien afirmó con lucidez que “educar a los hombres no es como llenar un vaso, es como encender un fuego”, te aconsejo que dejes que Carlos Salas encienda en ti el fuego de la comunicación.

FICHA TÉCNICA

Autor: Carlos Salas
Título: Las once verdades de la comunicación
Editorial: LID
Páginas: 221
Año: 2010
Lo mejor: Los capítulos sobre presentaciones, hablar en público y escribir informes, en los que pone de manifiesto su experiencia como periodista. Solamente estos tres justifican la compra del libro.
Lo peor: Los capítulos sobre empatía y comunicación interior, que no terminan de casar con el estilo y contenido del resto del libro y parecen deambular sin objetivo fijo.
Dónde comprarlo: Casa del Libro :: Amazon.es

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Mala comunicación en España

junio 10, 2010

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Entrevista con Pilar Jericó, heroína cotidiana

May 10, 2010

Presentamos a los lectores de El Arte de Presentar a Pilar Jericó, una de las estrellas del firmamento del management en España. Ha sido pionera en el análisis del talento y el impacto del miedo en el desarrollo empresarial en España y Latinoamérica. Como socia directora de Innopersonas, asesora a las empresas en la gestión de personas y dirige proyectos de desarrollo del talento y comportamiento organizativo para empresas nacionales y multinacionales.

Además de profesora en Escuelas de Negocio (el Instituto de Empresa, ESADE, Universidad Carlos III), Pilar Jericó es conferenciante profesional y miembro de la prestigiosa red de conferenciantes Thinking Heads. A lo largo de estos años, ha impartido más de ciento cincuenta conferencias en distintos países (España, Portugal, Mónaco, Colombia, Chile, Argentina, Guatemala, Venezuela, México, Estados Unidos y Ecuador).

En la siguiente entrevista, Pilar Jericó comparte con nosotros su visión y experiencias sobre el mundo de la comunicación en la empresa.

El Arte de Presentar: Has estudiado en profundidad el miedo en la empresa y en la vida, viaje exterior e interior que te llevó a escribir el libro “NoMiedo”. Todos sentimos miedo cuando nos enfrentamos a un cambio o a determinadas situaciones laborales. ¿Por qué tenemos tanto miedo a hablar en público? ¿Es posible liberarnos de él, gobernarlo en nuestro beneficio?

Pilar Jericó: Sentimos miedo a hablar en público por la presión que implica cometer un error o someterse al qué dirán. No obstante, es un miedo muy cultural que se sufre en países latinos a diferencia de los anglosajones y que en España es especialmente paralizante. Eso significa que puede ser evitado. La mejor manera es entrenamiento y marcarse poco a poco pequeños objetivos. También aceptar que la voz interior que todos llevamos cuando hablamos en público suele ser nuestra peor enemiga, por lo que un reto importante es aprender a no escucharla “en exceso”. Y todo ello se logra con práctica, sin duda. No se deja de tener miedo, pero al menos no hace tanto daño e incluso, puede jugar a tu favor.

EAP: Cualquier relación humana y cualquier organización pueden derrumbarse si no han desarrollado el arte de la comunicación. En la era de Internet disponemos de las tecnologías y sistemas de información más vanguardistas y sofisticados, pero ¿hemos aprendido a comunicarnos de verdad? ¿Qué se requiere para una comunicación exitosa y sin miedo dentro de la empresa?

PJ: La comunicación es uno de los aspectos más difíciles porque cada persona hablamos desde nuestro mapa mental, es decir, desde el punto de vista con el que observamos la realidad y que no suele coincidir con el del otro. Es como si habláramos distintos idiomas aunque estemos hablando en la misma lengua. Por ello, el reto es escuchar mejor, indagar al otro y verificar si mi mapa mental coincide con el suyo y todo ello es independiente de si hay tecnología por medio. La comunicación mejoraría en la medida que desarrolláramos un interés genuino por el otro.

EAP: El talento, la innovación, la creatividad, el liderazgo, … son valores en alza en la empresa moderna. Pero, ¿qué hay de la comunicación? Rara vez escucho esa palabra junto a las anteriores. ¿Hasta qué punto se valoran, se buscan o se fomentan las capacidades de comunicación y de oratoria en las empresas a la hora de contratar o promocionar al personal?

PJ: Hablar de comunicación es hablar del ser humano. Lo que quizá deberíamos poner énfasis es en el tipo de comunicación que ha de ir adaptándose a los tiempos modernos. La tecnología permite un nivel de transparencia que no tiene precedente en la historia, por ello, la nueva comunicación ha de ser más transparente, directa y en diversas direcciones en el mundo de las empresas. Y no cabe duda que quien sabe mejor expresarse tiene muchas ventajas competitivas en su vida, tanto en el terreno profesional como en el personal.

EAP: “Si lees tus transparencias, pareces idiota”. ¿Usamos PowerPoint como asidero para superar nuestro miedo a hablar en público? ¿PowerPoint es un aliado de la comunicación o se interpone entre nuestro mensaje y la audiencia? ¿Héroe o villano?

PJ: Es una herramienta poderosa porque permite proyectar imágenes que de otro modo es más difícil. Soy partidaria de apoyarse en él por las posibilidades visuales, pero no por los textos que ahí se recojan. Lógicamente, cuando uno comienza a hablar en público puede abusar del texto escrito, pero poco a poco se ha de desprender de esa muleta y atreverse  a utilizar menos palabras.

EAP: Tu último libro “Héroes cotidianos trata sobre cómo descubrir el valor que todos llevamos dentro. En mis cursos y seminarios sobre el Arte de Presentar escucho a menudo quejas como “yo nunca seré tan buen orador como fulano”, “yo no tengo energía, entusiasmo, labia, soy aburrido”, “yo no he nacido para hablar en público”, etc. No todos tenemos que ser buenos comunicadores, pero cuando escucho esas excusas y autojustificaciones no puedo evitar pensar que se extienden a otras facetas y ámbitos de su vida. ¿Cómo podemos saber dónde trazar la frontera entre la aceptación realista de nuestras limitaciones y la resignación autocomplaciente y cómoda? ¿Nos autoengañamos para sobrellevar la idea de que no somos héroes cotidianos porque estamos más a gusto dentro de nuestra zona de confort?

PJ: La diferencia entre la aceptación realista y la resignación estriba en el espíritu de lucha. La resignación es a priori de cualquier intento de cambio. Si uno no lo intenta argumentando cualquier excusa, muy probablemente se esté resignando. Por mi experiencia como conferenciante, he observado que no existe un conferenciante perfecto, sino conferenciantes que gustan más a un tipo de público. Por eso, las comparaciones son muy relativas. El camino consiste en dar lo mejor de ti mismo. Si no tienes mucho sentido del humor, no intentes hacer chistes de cada idea que comentes. Sin embargo, a lo mejor, tienes una capacidad de profundizar en conceptos que llegan a otro tipo de público. Los héroes cotidianos son las personas que siguen adelante ante los retos y no cabe duda que hablar en público es uno de ellos.

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¿Y tú qué opinas sobre cómo mejorar la comunicación en la empresa?


Si puedes medirlo, puedes mejorarlo: la importancia del post-evento

agosto 24, 2009

Curso de Verano: Seguridad de la InformaciónRecientemente participé en un curso de verano en la Universidad de Salamanca coordinado por la empresa de comunicación Eventos Creativos. El contacto con los profesionales de esta empresa me ha enseñado la importancia de la correcta gestión del post-evento.

Al pensar en el éxito de un evento de comunicación sucumbimos a la tentación de representarnos mentalmente las presentaciones de los ponentes, nada más. Si las presentaciones son buenas, entonces el evento ha sido un éxito. ¿Cierto? No siempre.

Ampliemos nuestros horizontes. El éxito de un evento abarca toda la experiencia de la audiencia. ¿Y cómo saber si un evento ha tenido éxito o no a todos los niveles? Preguntando al verdadero protagonista del mismo: la audiencia.

Si puedes medirlo, puedes mejorarlo

Como reza la vieja máxima del marketing, sólo si puedes medir algo, podrás mejorarlo. En efecto, una de las herramientas más poderosas del marketing consiste en el análisis de datos para evaluar el éxito de una campaña. Si buscas medir la eficacia y satisfacción de un evento, debes realizar encuestas tras su finalización. Pídeles a los asistentes su opinión sobre los aspectos más relevantes del evento:

  • La calidad de los ponentes y de sus conferencias: nivel de conocimientos sobre el tema, interés del mismo, capacidad comunicativa, respeto del tiempo, trato con el público, etc.
  • La adecuación de las salas: su tamaño, comodidad de los asientos, espacio disponible, temperatura, iluminación, posición y tamaño de la pantalla, forma del escenario, calidad de los equipos de proyección y audio, etc.
  • Facilidades para los asistentes: enchufes, WiFi, ordenadores con conexión a Internet, bebidas, refrigerios, aparcamiento, atención de la organización, excursiones, alojamiento, etc.
  • Cuestiones organizativas: publicidad del evento en diversos medios, facilidad de registro, información al asistente durante todo el proceso incluido el día del evento, cumplimiento de horarios, resolución de incidentes y fallos, etc.

Todo pequeño detalle contribuye al éxito o fracaso de un evento, no sólo la calidad de los ponentes y de sus presentaciones. Todos los elementos deben funcionar en sinfonía o el evento estará condenado a la mediocridad. Y los eventos mediocres no inspiran, no se recuerdan, no se repiten. Un enfoque holístico del evento contribuye a una buena experiencia de comunicación, ayuda a transmitir un mensaje y una emoción a la audiencia. La única forma de alcanzar este enfoque en todos tus eventos pasa por medir los resultados de los mismos.

Pregunta a los asistentes su opinión

Un evento no termina cuando el último asistente abandona el recinto, sino cuando has analizado el último dato recabado de los asistentes sobre su satisfacción. Sin una adecuada gestión del post-evento no tienes posibilidades de mejora. Si además esta información se entrega posteriormente al público debidamente procesada y organizada en un bonito informe, acompañada de material adicional, como por ejemplo los vídeos de las charlas, todo ayudará a que la audiencia recuerde mejor el evento y le incitará a repetir.

Mide los resultados tras el evento y podrás mejorarlos.

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¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?

febrero 23, 2009

Por qué los españoles comunicamos tan malEl conocido periodista Manuel Campo Vidal nos obsequia con una breve obra que reúne su dilatada experiencia como comunicador de primera. Su último libro «¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?» va directo al grano ya desde la frase de apertura:

«Las clases dirigentes españolas están entre las que peor comunican de Europa. Empresarios, políticos, banqueros e incluso profesores tienen dificultades evidentes para hacer llegar su mensaje con claridad. Con un agravante peligroso: encima no lo saben y algunos hasta creen lo contrario.»

—Manuel Campo Vidal

No se trata de un manual al uso sobre cómo hablar bien en público o sobre cómo mejorar las habilidades de comunicación. Se trata más bien de una crítica despiadada a los estamentos en cuyas manos se perfila el destino de nuestro país. Se pasa revista a los mejores y peores comunicadores españoles entre las filas de políticos y empresarios, glosándose los momentos más brillantes y más bochornosos de nuestra reciente historia. Está orientado por tanto a comprender las causas de por qué en España se vive esta situación deplorable.

La obra está dividida en tres partes. En la primera realiza un diagnóstico de la situación. En la segunda repasa los nombres propios de nuestro panorama de actualidad política, empresarial y universitaria, analizando sus aciertos y errores. Por último, en la tercera parte ofrece las claves para una mejora de la comunicación en nuestro país. Todo ello salpicado de numerosas anécdotas y ejemplos recopilados a lo largo de una extensa carrera profesional entregada a la comunicación, que hacen que su lectura sea amena y ágil, a menudo humorística (si bien a veces uno se ríe por no llorar), perlas como la historia del gallego quien interrogado a la salida de un concierto sobre qué le había parecido respondió: «si le dijera la verdad, le mentiría».

Un libro imprescindible para comprender el panorama comunicativo español actual.

FICHA TÉCNICA

Autor: Manuel Campo Vidal
Título: ¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?
Editorial: Plaza Janés
Páginas: 201
Lo mejor: Historias y anécdotas personales del propio autor.
Lo peor: Diagnostica, pero se echan en falta consejos más prácticos para ayudar a mejorar.
Dónde comprarlo: Casa del Libro :: Amazon.es


¿Dónde está Wally en tu presentación?

enero 12, 2009

¿Dónde está Wally?¿Quién no ha buscado de niño (o de no tan niño) a Wally entre esas grandes masas de gente? Sin embargo, por mucho que nos divierta en nuestros ratos libres localizar a Wally, nos disgusta sobremanera tener que enfrentarnos a un reto semejante cuando asistimos a una presentación. Cuando el ponente proyecta una transparencia en la pantalla, esperamos poder comprenderla con rapidez, captar la información relevante de un vistazo. Por desgracia, con alarmante frecuencia nos encontramos ante un desafío similar al de encontrar a Wally: hay tanta información en la pantalla en forma de textos, gráficos, tablas, logos, imágenes, clipart, etc., que resulta imposible saber a dónde debemos dirigir la mirada, dónde está la información y dónde el ruido.

¿Puedes encontrar la información en esta transparencia?

A continuación muestro varias transparencias utilizadas en presentaciones reales en congresos científicos. ¡Busca a Wally!

¿Dónde está la información relevante?

¿Dónde está la información relevante?

¿Dónde está la información relevante?

No busques a Wally, busca al elefante

La simplicidad es fundamental a la hora de organizar la información que muestras en pantalla, especialmente cuando presentas datos en forma de gráficos. En lugar de preguntarte qué más puedes añadir a una transparencia, pregúntate qué más puedes eliminar de ella de manera que siga transmitiendo la misma información. Como nos recuerda sabiamente Nancy Duarte:

«El valor de una transparencia no se mide por la cantidad de información que contiene, sino por la claridad con que comunica el mensaje.»

El público no quiere esforzarse, prefiere que le den las cosas hechas como en el reconfortante pasatiempo del chiste: ¡Encuentra al elefante!

Encuentra al elefante

Cuando tu transparencia presente más información de la que puede contener, habrás cortado el hilo de comunicación con la audiencia. Recuerda: no transformes tus presentaciones en un irritante juego de ¿Dónde está Wally?, porque lo que la audiencia realmente desea es ¡encontrar al elefante!

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